
ADIOS Y BUENA SUERTE "SE HABLO MUCHO DE PLATA. PERO A NOSOTROS SE NOS SUMA UN EXITO INTERNO QUE ES EL DE RECOMPONER NUESTRAS RELACIONES. CON ZETA Y CHARLY LA PASAMOS INCREIBLE", DIJO CERATI. COMO INVITADOS ESTUVIERON CARLOS ALOMAR, RICHARD COLEMAN, ZORRITO VON QUINTIERO, GILLESPI Y ANDREA ALVAREZ.
Gustavo Cerati se para en el frente y habla mucho. Es casi el final del show, de este show, y lo necesita. Como una breve conferencia para más de 65 mil personas que están ahí, en River. "No sé qué decir, estamos tremendamente felices por el amor de ustedes y de todos los lugares adonde fuimos", empieza. Y quiere dar su versión: "Se habló mucho de la plata y de esto y lo otro. Pero a nosotros se nos suma un éxito interno que es el de recomponer nuestras relaciones: con Zeta y con Charly la pasamos increíble".El viernes es el cierre de esta gira-récord llamada Me verás volver. Y la historia es otra con respecto a la despedida anterior tal vez porque pasó mucho tiempo. Es distinta, incluso, que el mismísimo inicio del tour.En el juego de las diferencias entre el primero y el último show, hay esenciales parecidos pero sustanciales diferencias. Misma base de repertorio apoyado en los grandes éxitos de la banda, mismo trío principal (Gustavo con Bosio y Alberti) e idéntico grupo- sostén poderoso, integrado por Leo García en guitarra y Leandro Fresco y Tweety González en teclados. ¿Qué cambió entonces? El del viernes es un espectáculo más largo (duró casi tres horas y media, una más que el resto de los shows), hay un sonido notablemente peor y con bastante rebote (que se va recomponiendo a lo largo de la noche) y hay invitados especiales. Pero, básicamente, lo distinto es la actitud. Soda Stereo siempre estuvo a la altura de la situación, con dos armas insobornables: profesionalismo y excelentes canciones. Sólo que esta vez canjearon la prolijidad y los nervios del primer día por la calidez y la soltura del último, con los viejos juegos retomados entre los músicos y una especie de reunión cumbre para que los tres toquen la batería juntos. "Bienvenidos a la gran fiesta del rock", dice Cerati en el comienzo. Y no hay ni una pizca de ironía en la frase. Es una fiesta y hay rock, aunque esta reunión sea mucho más que un concierto: un evento social ineludible ("yo estuve en el último concierto cuando se juntó Soda"). Pero el rock (y, sí, las canciones) le gana a la nostalgia (aunque la gente pida que "Soda no se va"). Y el interrogante surja de nuevo, como un mantra: ¿qué pasó en estos diez años a nivel musical? No es casual que la banda haya elegido como telonero a Peter Capusotto y sus videos, que burla el estereotipo rockero."¿Cuál será el mejor público del mundo?", larga Cerati. Y después mira el cielo y pide: "Está la luna pero faltan las estrellas, creo que todos somos estrellas: prendan todo". La multitud de celulares (que hace rato reemplazaron a los encendedores) responde, en seguida. Esta noche, también hay guiños para la despedida del 97: el popular gracias totales (ahora con final coreado por la gente) e invitados especiales que también asistieron hace una década. Zorrito von Quintiero toca el teclado en Danza rota y Persiana americana, Richard Coleman suma su guitarra en Primavera 0 y No existes y Andrea Alvarez hace percusión en Picnic en el 4to B y en Lo que sangra (La Cúpula). Para este último tema también participa un "músico increíble, que tocó con todos: Mc Cartney, Bowie, James Brown", el guitarrista y productor del disco Doble vida, Carlos Alomar. El también sube para los segundos bises, con Terapia de amor intensiva. Y el trompetista Gillespi hace lo suyo en Signos y Fue."En Paraguay estuve una hora tratando de romper la guitarra y no pude", dice un Cerati atípico que acaba de lanzar y partir airosamente su instrumento. Después, vendría su declaración final dedicada a la gente: "No podemos más de tanto amor. ¿Quién es el cuarto Soda finalmente? You!". Es decir, ustedes.
Fuente: Clarin.com.ar
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